sábado, 25 de agosto de 2012


Jorge Sáez: "Hay que salvar las reservas de pesca"
Este centinela de las costas españolas recorre en un velero las costas para estudiar los ecosistemas marinos, difundir sus valores y apoyar la pesca racional | "La sobreexplotación pesquera la causa la competencia de los buques factoría" | Los recortes amenazan la protección de las reservas de pesca
Medio ambiente | 25/08/2012 - 03:31h
Jorge Sáez:
Jorge Sáez (derecha), con Paco Toledano, de Ecologistas en Acción, en Adra (Almeria) EFE / Carlos Barba
Antonio Cerrillo
Barcelona
Jorge Sáez es el centinela por antonomasia de las costas españolas. Durante seis meses al año está embarcado en el velero Diosa Maat y recorre el litoral para estudiar los ecosistemas marinos, difundir el valor de sus recursos y apoyar a los grupos locales que defienden la vida marina frente a las agresiones que sufre (sobrepesca, vertidos ilegales, obras, fondeo de barcos...). Con 29 años, el coordinador del área marina de Ecologistas en Acción está orgulloso del velero Diosa Maat, una vieja embarcación incautada por la Guardia Civil a un cártel de la droga y que le fue entregada en custodia antes de ser adquirida por su organización hace cinco años.

Jorge Sáez ha promovido las banderas negras para denunciar a los municipios menos ejemplares; ha participado en numerosas campañas para frenar la sobreexplotación de las pesquerías. Y hoy, sábado, desplegará una pancarta submarina para denunciar que el Gobierno está reduciendo los presupuestos para las reservas de pesca marinas, espacios clave para recuperar las pesquerías diezmadas. La acción se hará en la isla de Tabarca, en Alicante.

Pero su febril actividad sólo se puede comprender conociendo la nostalgia y la rabia que puede comportar la pérdida de un paisaje que desaparece en la adolescencia. En su caso, los fondos submarinos con restos arqueológicos fenicios y cartagineses, corales naranja y algas rojas frente a la bahía de Cartagena de su primera juventud. Ya no los verá más.

Sáez aprendió a bucear allí, con 15 años, junto a la isla de Escombreras: pero aquel enclave subacuático fue sepultado por las obras de ampliación del puerto de Cartagena. Para él fue como una amputación. Inmediatamente, se alistó como voluntario en la Asociación de Naturalistas del Sudeste; quiso evitar lo que juzgó un atropello; pero no lo logró. "Al final, sólo conseguimos que la ampliación del puerto no se hiciera con los residuos mineros, sino con los materiales de la voladura del acantilado de la Punta de los Aguilones, un lugar de interés comunitario", dice.

Descubrió que debía aprender ("y lograr que la gente participara en la protección de nuestros recursos naturales"). Por eso, se fue a estudiar ciencias del mar a Cádiz, donde, desde el primer día, estuvo activo en las iniciativas para frenar los planes para destruir las lagunas de la bahía de Cádiz.

"Las administraciones son las que más destruyen el medio ambiente. Pero no se debe a la falta de leyes de protección, sino a que cuando estas estorban, se orillan, se reinterpretan o se aplica la política de hechos consumados", dice. Su experiencia y las ansias de expansión urbanística de las autoridades portuarias hacia los barrios pesqueros le han llevado también a la convicción de que "la ley no es igual para todos" y de que "la gente se debe reorganizar para que la política vuelva a tener sentido y resulte útil".

Jorge Sáez dice que la sobrepesca (ha desaparecido la mitad de la pesca litoral en España) no es culpa de los pescadores, sino de la sobreexplotación que provoca la competencia de los grandes buques, así como la desaparición o la destrucción de los ecosistemas marinos. Si se reducen las pesquerías también es por los daños infligidos a enclaves estratégicos (desembocaduras de ríos, estuarios, deltas y humedales, zonas fértiles por la mezcla de aguas dulces y saladas). 

Y pone ejemplos. El boquerón del golfo del Cádiz ha desaparecido en gran parte por la disminución del agua dulce del Guadalquivir y el Guadiana. Y si hay menos pesca es también porque desaparecen las praderas subacuáticas de posidonia (una planta que filtra el oleaje, fija las arenas y da alimento y cobijo a los peces),víctimas de vertidos, obras, arrastres pesqueros y fondeos de barcos. "Los mares no los esquilman los pescadores, sino un libre mercado que conduce a la sobreexplotación de los recursos. El pesquero que pesca en el litoral no puede competir con los precios de los grandes buques factoría, cuyas bases están permanentemente en el mar y actúan como industria congeladora", dice.

Los pescadores locales se ven abocados a pescar más, a echar más horas, a sobreexplotar los caladeros. "Un boquerón de Perú compite con un boquerón del golfo de Cádiz o de Cantabria. Y ante esa competencia, la política del Gobierno ha sido modernizar la flota, lo cual ha llevado a que se sobrepasara la capacidad de recuperación de los caladeros y a que se superara la capacidad de carga", agrega.

Jorge Sáez es un partidario de la pesca sostenible, por lo que apoya la creación de reservas integrales de pesca marina, donde los pescadores se unen para "hacer de centinelas de esos recursos marinos sobre los que se asienta su actividad".

La acción en que participa hoy en Alicante, en colaboración con WWF, es precisamente para denunciar la reducción del 80% del presupuesto del Gobierno destinado a vigilar y proteger las reservas pesqueras. Óscar Esparza, experto en áreas marinas de WWF, destaca que el Gobierno ha recortado de 5,1 a 3,4 millones de euros las partidas para el control y seguimiento de las pesquerías en las 25 reservas de pesca existentes. En ellas, se establecen planes de gestión y se investiga la recuperación de las especies. "Su destrucción supone tirar por la borda un conocimiento adquirido y dejar las reservas desprotegidas ante la pesca ilegal o el buceo", dice Esparza. "Hoy mismo hemos visto los barcos fondeados encima de la posidonia en la reserva de Tabarca sin vigilancia", se quejaba ayer Jorge Sáez.

Pero el litoral tiene más amenazas, como la reforma prevista de la ley de Costas. "De nuevo se ve que no todo el mundo es igual ante la ley. Las concesiones para ocupar las zonas de dominio pasarán de 30 a 75 años, y se podrán vender. La privatización y la especulación se cuelan en la franja donde se siente el mar".


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