miércoles, 12 de diciembre de 2012


El cambio en la percepción social del águila imperial ha permitido su salvación.

Ejemplar De Águila Imperial Ibérica
Foto: MARM/ EUROPA PRESS


MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

El cambio en la percepción que la sociedad tenía del águila imperial ha permitido su salvación como especie, según ha señalado el biólogo y autor del libro 'El águila imperial ibérica', Luis Mariano González, quien ha apuntado que, a finales del siglo pasado, se consideraba a este animal como una "alimaña" y no "un bien común", como se trata actualmente.

"Históricamente, el águila imperial y el resto de predadores se consideraban especies dañinas por el supuesto efecto negativo sobre algunas especies presa, que eran objeto de aprovechamiento para el hombre", ha explicado González. Según ha indicado, se mantuvo hasta los años 60 e incluso, en esa época, existían las Juntas de Extinción de Alimañas, que recompensaban la eliminación de depredadores.

Durante la presentación del libro, que ha nacido de la colaboración entre la Fundación BBVA y la Fundación de Amigos del Águila Imperial, el biólogo ha explicado que no fue hasta lo años 70 cuando la percepción social cambió, gracias a la colaboración de naturalistas y científicos, y el águila imperial fue declarada por España especie protegida.

González ha indicado que desde ese momento, el proceso de recuperación de la especie ha estado marcado por un giro de la estrategia oficial y por la"cooperación indispensable" de los propietarios de las fincas privadas que"acogen el 80 por ciento" de la población reproductora, así como la mayor parte de los ejemplares en edad juvenil de esta especie.

En este sentido, el experto ha destacado la figura de la gestión privada en la historia de esta ave. "La gestión del territorio de las fincas privadas ha experimentado en los últimos años un cambio que ha contribuido a mejorar el estado de conservación general de los hábitat y de las especies amenazadas. La iniciativa privada encaminada a la protección de la especie también se ha canalizado a través de los acuerdos entre propietarios y gestores privados y ONG conservacionistas que, coordinados por la Administración, han favorecido la recuperación de las águilas", ha comentado González.

Según explica la obra, el águila imperial es habitual en una amplia variedad de hábitat, desde pinares subalpinos de los sistemas montañosos (como Guadarrama, en la Comunidad de Madrid), hasta las formaciones dunares y marismas cercanas (como en Doñana, en Huelva). Sin embargo, el experto ha indicado que prefiere los terrenos forestales y de topografía suave o llana, como las penillanuras y colinas suaves de los valles fluviales y las sierras ocupadas por monte Mediterráneo de alcornoques y encinas del centro deEspaña.
350 PAREJAS ADULTAS

Los estudios realizados sobre esta especie y las estrategias adoptadas en los últimos años, han permitido pasar de las 50 parejas adultas de águila que existían a finales del siglo XX, a las 350 parejas que se estima que existen en 2012. De este modo, aunque se considera una especie en peligro de extinción, según ha indicado González, "en realidad está en franca recuperación".

"Desafortunadamente existen pocos casos de especies amenazadas a nivel mundial que se estén teniendo éxito en sus salvación, Por eso es oportuno dar a conocer y difundir la historia de esta ave, que sí está siendo recuperada", ha indicado. Al respecto, González ha indicado que, el objetivo sería alcanzar las 1.200 parejas adultas para considerar "salvada" la especie, de manera definitiva.

En cuanto a los objetivos que quedan pendientes para que España siga recuperando esta especie, el autor ha destacado dos: mejorar la conservación del hábitat en el que vive el águila imperial y compatibilizar este mantenimiento con el crecimiento de la población humana; y evitar las muertes por electrocutación, que se calculan en unas 40 o 50 anuales.

"Si se solucionan estas dos amenazas, se avanzaría mucho en la salvación de esta especie y se podría hablar de una historia con final feliz", ha concluido.

El libro escrito por el biólogo, contiene imágenes del fotógrafo Andoni Canela, colaborador habitual de publicaciones internacionales, que ha observado las águilas en su hábitat durante más de 1.000 horas para poder captar las fotografías.

Por su parte, el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, ha señalado que esta iniciativa entra en el contexto de la actividad de la fundación a favor de la conservación de la biodiversidad y de la difusión del conocimiento científico. Del mismo modo, ha destacado que la obra ofrece "una valiosa puesta al día sobre el estado de la conservación de una especie emblemática con un enfoque que tiene un valor formativo y llega a un amplio espectro de lectores".

No hay comentarios:

Publicar un comentario