jueves, 10 de enero de 2013


Susan Solomon, premio BBVA Fronteras del Conocimiento de Cambio Climático.

Susan Solomon
Foto: WIKIMEDIA COMMONS
MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

La investigadora estadounidense y catedrática del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), Susan Solomon, ha sido galardonada con el Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático por ayudar a comprender cómo la actividad humana afecta a la composición de la atmósfera y cómo estos cambios repercuten a su vez en el clima.

Entre sus 'logros' científicos, la Fundación BBVA resalta que, durante sus expediciones a la Antártida, confirmó su teoría sobre el origen de la destrucción de la capa de ozono. Además, en 2007 codirigió el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático (IPCC), que consolida la idea de los efectos de la actividad humana sobre el cambio climático.

El acta del jurado, compuesto por expertos internacionales, destaca su contribución, a través de sus investigaciones y liderazgo, a salvaguardar el planeta Tierra, siendo "un ejemplo del uso de la ciencia para el bien común".

Igualmente, subraya que su trabajo durante más de 30 años ha permitido integrar y establecer las conexiones entre tres variables clave en el cambio climático: la acción humana, una comprensión integral y profunda del comportamiento de los gases atmosféricos y la alteración de los patrones del clima a escala global.

El presidente del jurado, el científico del Max Planck (el 'hermano alemán' del CSIC español) Bjorn Stevens, considera que el trabajo de Solomon es la demostración de cómo la ciencia básica puede influenciar positivamente en las decisiones políticas y contribuir a la concienciación social. A su juicio, probablemente ningún otro científico en su campo ha conseguido que su trabajo tenga tal impacto.

Según apunta el jurado, sus primeras investigaciones fueron fundamentales para entender la composición química de la atmósfera y contribuyeron a reforzar el protocolo de Montreal, firmado en los años 80 con el objetivo de frenar el uso de gases que destruían la capa de ozono.

Al mismo tiempo, en la primera década de este siglo pudo demostrar que la pérdida de ozono en la Antártida ha causado cambios fundamentales en el clima del Hemisferio Sur. Según sus investigaciones, el agujero de ozono tiene un "claro efecto" sobre el patrón de vientos y lluvias de este Hemisferio.

Por su parte, el investigador español del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director de la UWA Oceans Institute de la Universidad de Australia Occidental, Carlos Duarte, ha explicado también que, durante los últimos cinco años, Solomon ha descubierto cómo los cambios en la carga de aerosoles y el vapor de agua en la atmósfera enmascaran la señal de calentamiento en el registro climático durante finales del siglo XX y principios del XXI.

Además, ha indicado que su investigación sobre la larga duración de las perturbaciones de los gases en la atmósfera la llevan a alertar sobre el carácter potencialmente irreversible de algunos de los impactos derivados de las emisiones de CO2.

"La profesora Solomon ha formulado una teoría general de la respuesta del sistema climático a las perturbaciones humanas en la composición de la atmósfera, a la vez que ha demostrado cómo la investigación básica puede traducirse a corto plazo en políticas medioambientales", ha destacado de la científica norteamericana.

UNA CIENTÍFICA PRECOZ

En una entrevista telefónica en directo, durante el anuncio del fallo del premio en la sede de la Fundación BBVA de Madrid, la premiada ha reconocido su interés por la ciencia desde que era pequeña, cuando comenzó viendo en la televisión programas de naturaleza, como por ejemplo el de Jacques Cousteau.

En su opinión, es necesario invertir en Ciencia sobre el cambio climático porque existe una urgencia a la hora de implementar nuevas tecnologías para que esos países en vías de desarrollo no empleen los combustibles fósiles para 'crecer', como sí hicieron los países desarrollados, con el consecuente calentamiento global.

"Es un premio fantástico y un gran honor unirme a quienes ya lo han recibido en ediciones anteriores. Admiro mucho a todos esos premiados. Nunca imaginé que y podría formar parte de esa lista", ha celebrado la experta al recibir la noticia del premio.

En este sentido, el presidente de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, ha subrayado la necesidad de invertir en Ciencia porque, en su opinión, el conocimiento es "básico" para salir de la crisis económica actual, que ha mermado las partidas destinadas al Medio Ambiente y a la ciencia en sí.

TRAYECTORIA CIENTÍFICA

Susan Solomon es una de las 100 personas mas influyentes del mundo, según la revista 'Time' en 2008. Además, un glaciar de la Antártida lleva su nombre y es doctora honoris causa por 12 universidades. Con menos de 30 años contribuyó a identificar las causas de la pérdida de ozono sobre la Antártida y realizó aportaciones fundamentales para comprender la variabilidad del ozono en la atmósfera.

Tras doctorarse en la Universidad de California, en Berkeley (Estados Unidos), con una investigación sobre química atmosférica con el futuro premio Nobel Paul Crutzen, Solomon empezó a trabajar en la Agencia Estadounidense de la Atmósfera y el Océano (NOAA, por sus siglas en inglés).

Por aquel entonces, en 1983, se acababa de detectar una drástica reducción en los niveles de ozono sobre la Antártida y, pese a que ya se conocía la capacidad destructora de los clorofluorocarbonos o CFCs, gases usados como refrigerantes y en aerosoles sobre el ozono, comprender qué generaba el agujero en la capa de ozono antártica se convirtió en uno de los principales retos científicos del momento.

Solomon supo explicar el enigma de cómo y por qué tan rápido en la Antártida, tan lejos de donde se usan los CFCs, las reacciones químicas que tienen lugar en la superficie de los cristales de hielo presentes en la estratosfera afectan sobre ambos polos.

Además, comprobó personalmente su validez empírica entre 1986 y 1987 en dos expediciones que dirigió durante el invierno antártico (con temperaturas inferiores a los 50 grados bajo cero y la noche es casi permanente) para tomar datos de la composición atmosférica, mientras el agujero de la capa de ozono se formaba.

Fue la primera vez que se probó la relación entre el agujero en la capa de ozono y el clima y, según sus propias palabras: "El agujero en la capa de ozono es una perturbación increíble en toda la atmósfera, simplemente afecta a todo el planeta". A partir de entonces se prohibió en todo el mundo el uso de CFCs en el citado Protocolo de Montreal.

Otros de sus hallazgos están relacionados con la lentitud de la atmósfera para recuperarse. "Mis descubrimientos resaltan la importancia de tomar buenas decisiones respecto a cuánto CO2 queremos emitir a la atmósfera, porque los efectos que causemos no podrán ser revertidos fácilmente".

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