Inventan un dispositivo junto al paquete de tabaco para no tirar las colillas al suelo
La idea es del joven argentino afincado en Salamanca Marcelo García, que concibió su "invento", según relató a Efe, cuando unos clientes del local de copas en el que trabaja le preguntaron qué hacer con las colillas.
Este incidente hizo que empezara a pensar sobre el asunto y cómo evitar que las colillas acabaran en el suelo y prevenir "no sólo las suciedad en las vías públicas, sino también del medio ambiente".
Hay que tener en cuenta, explica el "inventor" que una colilla "tarda en reciclarse diez años y que contamina ocho litros de agua".
Se puso manos a la obra e ideó un dispositivo consistente en una cartulina diseñada para almacenar colillas con una anchura y altura similar al de la cajetilla de tabaco, sin que, apenas, ocupe espacio, que se adhiere a través de una tira adhesiva.
"Se arma en unos segundos, no sobresale por ningún sitio y es hermético", ha apostillado su creador, quien ha asegurado, además, que el frontal del dispositivo, ya patentado con el número U-201101080, "está pensado para albergar un espacio publicitario".
Marcelo García ha sostenido que el gasto para el anunciante "sería mínimo, dado que estaría entre cuatro y cinco céntimos de euro" y que "podría ser regalado al público en los puntos de venta de tabaco".
Del mismo modo, ha aseverado que la época estival es "la mejor" para comercializar su "invento", teniendo en cuenta, ha añadido, que, por lo general, "en las piscinas y en las playas las colillas acaban en el césped o en la arena".
Ahora sólo le queda esperar que la gente se conciencie de la necesidad de respetar el medio ambiente y que alguna empresa comercialice su creación.
No obstante, este joven argentino no se ha estrenado en el mundo de la innovación con la cartulina para almacenar colillas, ya en 2009 ganó una medalla de oro en el Salón de Invenciones celebrado en Ginebra (Suiza).
Allí presentó un dispositivo digital, capaz de enviar mensajes a un teléfono móvil, para bloquear el freno de mano de los vehículos y así evitar que sean robados, pero en este caso -ha reconocido- la inversión que deben realizar los fabricantes de turismos "es mucho más importante -en torno a los 15.000 euros- lo cual encarece la compra de los automóviles".
"Hubo alguna empresa interesada -ha concluido- pero la crisis hizo que desistiera de la idea". EFE
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