Cuestiones de género: una clave para la sostenibilidad de los bosques
04 December 2011 | News story
Durban, Sudáfrica, 4 de diciembre de 2011 (UICN) – Si el sector forestal ignora las cuestiones de género perderá una gran oportunidad de reducir la pobreza, preservar la diversidad biológica y fomentar el desarrollo sostenible. Tal es la conclusión de un libro de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), titulado Gender and Forests (Cuestiones de género y bosques), que se publica hoy y es el primer libro dedicado a estos temas.
Publicada en colaboración con la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO), esta obra observa que, tras decenios de ignorancia y marginación, las cuestiones de género están por fin integrándose en muchas políticas forestales, ambientales y de ordenación territorial. La nueva publicación considera con una renovada perspectiva las cuestiones vinculadas al género y los bosques tal como se plantean en el mundo entero, y examina de qué forma se las trata, tanto a nivel de terreno como en los debates nacionales e internacionales sobre el cambio climático y la REDD+ (Reducción de Emisiones Derivadas de la Deforestación y Degradación Forestal). Los datos más recientes procedentes de poblaciones forestales del mundo entero revelan que, cuando se integran en el manejo forestal las diferentes necesidades y capacidades de los hombres y de las mujeres, se obtienen múltiples beneficios humanos y medioambientales.
“En numerosas comunidades, las mujeres desempeñan un papel primordial en el manejo de los bosques, de las tierras, del agua y de otros recursos naturales, lo que las convierte en fuertes agentes del cambio al formular respuestas al cambio climático”, dice Julia Marton-Lefèvre, Directora General de la UICN. “Las mujeres forman parte de la solución. Al integrar las consideraciones de género en cada elemento de la gestión de los bosques y de los proyectos forestales, y al desarrollar estrategias nacionales relativas al cambio climático que tomen en cuenta las cuestiones de género, podemos tomar medidas concretas, prácticas, que generarán mayores beneficios para los hombres, las mujeres y la naturaleza”.
En los países en desarrollo, las mujeres son usuarios primordiales de los recursos forestales, y la venta de productos forestales es una fuente de ingresos vital para cubrir los gastos domésticos y salir adelante en los períodos más difíciles del año. La fuerte dependencia de las mujeres con respecto a los bosques hace también que tengan más que perder que los hombres cuando los bosques se deterioran o no pueden tener acceso a ellos. Por ejemplo, en Camboya, los hombres recogen productos forestales no madereros (PFNM) como la resina y los venden en los mercados, mientras que las mujeres recogen más bien bambú u otros PFNM que les permiten completar el régimen alimenticio familiar. En Benín y Camerún, se observa que las mujeres recogen y venden más PFNM en las épocas en que más escasean los ingresos, como por ejemplo en el período difícil que precede a las cosechas.
“Los hombres y las mujeres tienen maneras muy diferentes de ver y utilizar los recursos forestales para el bienestar de sus familias y comunidades”, dice Stewart Maginnis, Director del Grupo de Medio Ambiente y Desarrollo de la UICN. “Adoptar una perspectiva de género en materia de bosques no es una cuestión de ser “políticamente correcto”; es una cuestión de eficacia de la conservación y del desarrollo. Debemos velar por que los recursos que ofrecen los bosques se utilicen de forma sostenible y equitativa.”
Numerosos estudios han demostrado que las preocupaciones de las mujeres son frecuentemente distintas de las de los hombres de su misma comunidad, y que a menudo no se las toma en cuenta porque la propiedad de los bosques y las ventas de los productos forestales más valiosos están en manos de los hombres. Así, por ejemplo, en Salvatierra, Bolivia, los hombres talan los bosques para usos agrícolas y de caza, mientras que las mujeres van a los bosques para recoger leña y buscar agua. En el sur de Brasil, las mujeres conocen una variedad mayor de plantas, y mencionan 41 especies que usan exclusivamente, mientras que los hombres mencionan y usan sólo 22.
“Debemos empezar a tomar las cuestiones de género mucho más en serio, no sólo para que nuestro trabajo sea más eficaz, sino también para rectificar desequilibrios, reforzando el empoderamiento y los derechos de las mujeres y velando por que obtengan una proporción justa de los beneficios. Debe haber también más hombres que defiendan la causa de las mujeres, en lugar de dejar dicha labor exclusivamente en manos de ellas, como ha sido el caso en el pasado”, señala Lorena Aguilar, Asesora Principal de la UICN sobre cuestiones de género. “Ello implica tomar en cuenta las diferencias de género, no sólo al planificar proyectos, sino también al diseñar intervenciones de política que afecten a las poblaciones que dependen de los bosques. Cuando empecemos a tomar activamente este tipo de medidas en pro de la igualdad, observaremos numerosos beneficios humanos y medioambientales.”
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