lunes, 3 de diciembre de 2012


El Noroeste americano explora el potencial de la energía del mar

Autor:Caty Arévalo

Newport (EE.UU.), 3 dic (EFE).- En medio del Pacífico, a varios kilómetros de la costa Norte de Oregón, las olas mecen un artefacto flotante color amarillo; se llama Ocean Centinel y del resultado de las pruebas que ejecuta dependerá que la costa Noroeste americana se lance a explotar a gran escala el potencial de la energía del mar.
En medio del Pacífico, al norte de Oregón (EE.UU.), las olas mecen un artefacto flotante de color amarillo denominado Ocean Centinel. Del resultado de las pruebas que ejecuta dependerá que la costa Noroeste americana se lance a explotar a gran escala el potencial de la energía del mar.EFE/Caty Arévalo


El Ocean Centinel es una de las "patas" de un proyecto conjunto de las universidades estatales de Washington y Oregón, que, con el apoyo del Departamento federal de Energía, crearon el Centro Nacional de Energías Renovables Marinas del Noroeste (NNMREC, en sus siglas en inglés) en 2008.

El NNMREC estudia la energía de las corrientes marinas en su sede de Seattle (Washington) y la de las olas en la de Corvallis (Oregón).

Este último centro acaba de colocar en el mar el citado proyecto piloto para analizar cómo funcionarían en Oregón las diferentes tecnologías existes para obtener electricidad del movimiento de las olas, y observar que consecuencias tendría para la rica biodiversidad de la zona.

Efe ha acompañado mar adentro a un equipo de biólogos e ingenieros de la Universidad Estatal de Oregón que cada día acude al Ocean Centinel a medir la producción de energía, las corrientes oceánicas, la velocidad del viento, la amplitud de las ondas electromagnéticas o el ruido que genera.

El dispositivo, que ha costado 1,5 millones de dólares, prueba varios prototipos de tecnologías para extraer energía de la subida y bajada de las olas, y ver cuáles funcionan mejor en esta zona.

Energía de las corrientes

"La técnica que usan todos estos prototipos es muy parecida: es como si pones una bolla en la superficie del mar y la atas al fondo marino con un muelle dotado de un fluido hidráulico para producir electricidad. Cada vez que viene una ola la bolla sube y baja estirando y comprimiendo el muelle, y generando energía", explica uno de los miembros de la tripulación, el profesor de Ingeniería de la Universidad de Oregón, Adam Schultz.

En el caso de Seattle se trata de aprovechar la fuerza de las subidas y bajadas de mareas para mover unas turbinas, similares a las eólicas y situadas a unos 25 metros de la superficie marina, y generar electricidad.

Los promotores de este segundo proyecto planean instalar sus dos primeras turbinas en el estuario Puget, 50 kilómetros al norte de Seattle, a finales de 2013.

Una empresa local de electricidad usará la energía que produzcan de manera experimental estos dos molinos submarinos, de unos 15 metros de diámetro que se ubicarían a 100 metros de profundidad, para abastecer 100 familias de la zona.

Los científicos de la Universidad de Washington, entre ellos el español, Alberto Aliseda, trabajan a contrareloj para que "esta tecnología esté preparada para funcionar bajo el mar durante al menos 20 años con el menor impacto ambiental posible, y la inversión sea rentable".

Las turbinas, que en este caso proveerá la empresa irlandesa Open Hydro a un precio de cerca de 2 millones de dólares, están fabricadas de fibra de vidrio y una especie de resina, y se conectarán a la red eléctrica a través de un cable submarino que llevará la electricidad hacia un transformador situado en la costa.

Costes

"Esta tecnología es caras porque está en fase experimental, pero la idea es seguir el patrón de la industria eólica, y en cuanto se pasen a producir a gran escala el coste bajará y la energía de las corrientes será competitiva", sostiene Jason Busch, director de la Fundación de la Energía de las Olas de Oregón (Wave Energy Trust).

Erin Greeson, portavoz del Proyecto Noroeste Renovable (RNP), una entidad que aglutina a entidades publicas y privadas para promover las renovables en la región, entre ellas empresas españolas como Iberdrola o NaturEner, cree que las tecnologías para explotar a gran escala las energías marinas estarán disponibles en 5 años.

Previsiblemente "comenzarán a explotarse en zonas remotas de difícil acceso a otro tipo de electricidad, para seguir espandiéndose al resto", apunta Aliseda.

"La energía marina no va a producir toda la electricidad que consumimos, pero es una forma de generación cien por cien limpia y sostenible, que utiliza un recurso inagotable -las olas y las corrientes- y será una alternativa a los combustibles fósiles y una de las soluciones para luchar contra el cambio climático", concluye Greeson. EFE

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