Uso ilegal de veneno mata al menos 4 % de aves rapaces y mamíferos en Aragón
Zaragoza, 28 may (EFE).- La utilización ilegal de cebos envenenados para eliminar depredadores en fincas ganaderas y el mal uso de sustancias rodenticidas en Aragón provoca al menos un 4 % de muertes entre animales carnívoros y aves rapaces, algunas de ellas especies protegidas, como el águila real o el quebrantahuesos.
En los últimos diez años, en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca (Zaragoza) ingresaron alrededor de seiscientos animales muertos, de los cuales el 4 % había sido envenenados en el territorio aragonés.
Con el objetivo de reducir el uso ilegal de estos cebos envenenados, y con ello la muerte de animales, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha una patrulla canina antiveneno, formada por cinco perros adiestrados -golden retriever, un pastor alemán y tres labradores- que localizan tanto el veneno como los cadáveres contaminados.
Se trata de una nueva estrategia del proyecto Life Antídoto, financiado enteramente por la Comisión Europea, en el que participa el Gobierno de Aragón y La Junta de Andalucía, que tiene la finalidad de conservar la fauna mediante la adopción de medidas innovadoras.
Así lo ha afirmado el director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, quien ha asistido hoy, junto al consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, a la presentación pública de la patrulla canina antiveneno, que lleva trabajando desde el pasado mes de agosto.
Desde esa fecha, han llevado a cabo más de sesenta operaciones, algunas programadas y otras de emergencia, como la realizada hace unas semanas en Alfocea (Zaragoza), donde se encontró un alimoche muerto que había ingerido previamente una paloma envenenada.
"Hubo que actuar con carácter de urgencia y hacer una revisión de lo que había pasado. En paralelo, al menos se rescataron los dos huevos que había en el nido y que ahora se encuentran en buen estado en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre", ha comentado.
Tan sólo el año pasado, seis alimoches murieron por ingerir veneno, al igual que un milano real y dos águilas perdiceras, de las que quedan pocos ejemplares en el Aragón, ha señalado Munilla.
Estas aves son las principales víctimas del veneno, junto al quebrantahuesos; el buitre estival, que experimenta un declive poblacional por causas de mortalidad no natural, el buitre leonado y el águila real, que se alimenta de carroña cuando no encuentra presas, además de otras especies mamíferas, como el oso pardo o la marta.
Estos animales mueren al ingerir veneno depositado en el terreno, a veces de forma intencionada y otras, la gran mayoría, por un mal uso de estas sustancias o por alimentarse de otros animales muertos que previamente habían sido envenenados, ha señalado Munilla.
En este sentido, ha recordado que la utilización de estas sustancias de forma ilegal es un delito, tipificado en el Código Penal, además de tener un impacto muy negativo en la fauna y la flora del entorno.
Los cinco perros que conforman la patrulla canina han sido adiestrados desde los cinco o seis meses de vida, en cualquier caso antes de un año, aunque requieren un entrenamiento permanente, ha apuntado Manuel Alcántara, jefe de Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón.
Habitualmente, la unidad canina, acompañada de un adiestrador, realiza prospecciones programadas en lugares en los que han tenido lugar con anterioridad otros envenenamientos y salidas de urgencia cuando se ha localizado un animal muerto.
En estos casos, los Agentes para la Protección de la Naturaleza avisan al servicio central de Biodiversidad, que envía, a su vez, a uno o dos perros a inspeccionar la zona.
Una vez localizado el veneno -sobre el que los perros se sientan, sin necesidad de escarbar- los agentes lo retiran y envían una muestra que es analizada en un laboratorio de la Castilla-La Mancha, mientras que si se trata de un cadáver envenenado, se traslada a La Alfranca, donde se realiza la necropsia, ha explicado.
Aragón, junto a Andalucía y Castilla-La Mancha, es pionera en la incorporación de esta técnica a sus planes de erradicación del veneno ilegal, y otras Comunidades vecinas como Navarra y Castilla y León han solicitado, en alguna ocasión, la patrulla canina para inspeccionar parte de su territorio. EFE
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