La concentración de gases de efecto invernadero alcanza niveles récord
La ONU alerta de que se han batido todas las marcas de presencia de dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno, los más dañinos para el calentamiento
EFE Ginebra 20 NOV 2012 - 12:43 CET
La concentración de gases de efecto invernadero —principal acelerador del cambio climático— en la atmósfera alcanzó un nuevo récord histórico en 2011, según ha revelado hoy la Organización Meteorológica Mundial(OMM), que apunta a que se han batido todas las marcas en aquellos más dañinos para el calentamiento global: dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno. Los niveles del primero —cuyas emisiones son provocadas por la quema de combustibles fósiles o la deforestación— llegaron a 390,9 partes por millón en 2011, lo que supone dos partes por millón más que en 2010. Según el último boletín anual de la OMM, presentado hoy en Ginebra, estas cifras nos sitúan un 140% por encima de los niveles de la era preindustrial (1750), fecha desde la que se han emitido a la atmósfera cerca de 375.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, de las que más de la mitad permanecen en la atmósfera. El resto, ha sido absorbido por los océanos y la biosfera (los seres vivos de la Tierra).
Los millones de toneladas de carbono "permanecerán en la atmósfera durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestro planeta e incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra", ha advertido el secretario general de la OMM, Michel Jarraud al presentar el boletín.
"Aunque detuviéramos las emisiones mañana, lo que sabemos que no es posible, tendremos estos gases en la atmósfera por miles de años", ha agregado, para enseguida señalar que no solo su concentración aumenta, sino que el ritmo al que lo hace se acelera cada vez más, de manera exponencial.
Los gases "permanecerán en la atmósfera durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestro planeta"
Peor aún, los científicos no pueden asegurar que el planeta seguirá teniendo la capacidad de absorber las cantidades de carbono y otros gases que también contribuyen al cambio climático, como ha sucedido hasta ahora.
"Ya hemos observado que los océanos se están volviendo más ácidos como consecuencia de la absorción de dióxido de carbono, lo que puede repercutir en la cadena alimenticia submarina y los arrecifes de coral", dijo Jarraud. En ese sentido, admitió que la ciencia aún no tiene una plena comprensión de las interacciones entre esos gases, la biosfera terrestre y los océanos.
El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto invernadero de larga duración y su concentración actual representa un 140 por ciento más que en la era preindustrial, pero el metano y el óxido nitroso también juegan un papel en este fenómeno. El primer gas ha sido responsable del 85% del "reforzamiento radiactivo" en los últimos diez años, el metano ha contribuido en un 18% y el óxido nitroso en aproximadamente un 6%.
El 60% del metano —cuya presencia ha alcanzado un máximo sin precedentes con 259% más que a mediados del siglo XVIII— proviene de los cultivos de arroz, la explotación de combustibles fósiles, vertederos o combustión de biomasa, así como de rumiantes, mientras que el resto proviene de fuentes naturales (humedales y termitas).
Entre las fuentes del óxido nitroso se encuentra igualmente la combustión de biomasa, así como el uso de fertilizantes y procesos industriales, y su presencia en la atmósfera está 120% por encima de la registrada en la era preindustrial.
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