La falta de sedimentos y el cambio climático amenazan el Delta del Ebro
Amposta (Tarragona), 25 jul (EFEverde).- La reducción en la aportación de sedimentos del río Ebro ha sido hasta ahora el factor que más amenaza la integridad del Delta del Ebro, por lo que combinar la aportación de arena a las dunas y el transporte natural de sedimentos podría ser la mejor opción para protegerlo.
Sandra Fatori y Lorenzo Chelleri, científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), han investigado la vulnerabilidad del Delta del Ebro a los cambios ambientales, especialmente los relacionados con el cambio climático, identificando las amenazas e investigando las posibles soluciones, ha informado la institución.
A su juicio, el medioambiente y la población del Delta tienen un futuro incierto. De hecho, es uno de los sistemas fluviales más importantes del Mediterráneo y, como la mayor parte de los deltas, está sometido a una cantidad considerable de impactos humanos.
Por lo tanto, la integridad del territorio costero se encuentra en riesgo tanto por la presión humana como por los futuros efectos del cambio climático, propensos a causar una mayor degradación ambiental del patrimonio natural, un mayor riesgo de cohesión social, de bienestar, de calidad de vida, y de seguridad humana en el futuro.
Sedimentos
Según el análisis de la UAB, la subida del nivel del mar, uno de los efectos más importantes del cambio climático, tendrá serias implicaciones en términos de agricultura, recursos naturales, turismo e industria en el caso de Delta, que ya es extremadamente vulnerable debido al bajo nivel de aportación de sedimentos.
Estos sedimentos se han reducido drásticamente a causa, principalmente, de la regulación de los ríos, de forma que la línea costera se ha visto afectada y está cerca del actual nivel del mar.
El estudio muestra que, a consecuencia de ello, la población puede experimentar inundaciones más frecuentes.
Nivel del mar
La subida del nivel del mar también provoca otros graves efectos como la intrusión de agua salada y la erosión de la línea costera, lo que puede conducir en el futuro a una mayor pérdida de terreno habitable y cultivable, así como a daños en los ecosistemas.
El estudio muestra que, hasta ahora, la gestión de los recursos, principalmente el monocultivo del arroz y la construcción de presas, ha afectado mucho más la zona del delta que los factores hidroclimáticos.
Estos factores aceleran la erosión costera y la intrusión de agua salada, y pueden tener serias consecuencias para la agricultura, los recursos naturales y el turismo.
Aportación de arena
Mediante encuestas a la población local del Delta del Ebro más implicada en los procesos ambientales y económicos, los investigadores también han documentado la percepción y las opiniones de esta comunidad respeto a las posibles soluciones prácticas.
Los entrevistados compartieron sus percepciones relacionadas con la actual situación en el Delta del Ebro, junto con sus visiones y las opciones de adaptación al cambio climático para el futuro.
De los resultados del estudio parece evidente que la mejor opción para proteger y adaptar el Delta del Ebro ante los efectos del cambio climático sería la aportación de arena para la preservación de las dunas existentes y para la creación de nuevas dunas y humedales, la opción más respetuosa con la naturaleza. EFEverde
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