Un criador salmantino monta una granja de lombrices para fabricar humus
Carlos García
Pelayos (Salamanca), 1 jul (EFE).- Miguel Ángel López, un vecino de la aldea salmantina de Pelayos, lleva veinticinco años como criador de lombrices, con el fin de producir humus para abastecer los mercados de la jardinería e invernaderos de España.
Es una actividad casi exclusiva de este ganadero salmantino, ya que apenas existen este tipo de industrias en el país, "salvo una en Murcia y otra en Asturias", según tiene constancia este empresario, según ha relatado en una entrevista con EFE.
A la pregunta de por qué se utilizan las lombrices para producir abono, López explica que "es un proceso por el cual la lombriz ingiere el estiércol de vaca que se le va echando y, al expulsarlo de su cuerpo, se genera un tipo de humus que es muy preciado, ya que es muy rico y, a la vez, no es muy fuerte para las plantas".
De esta manera, "al ser un abono orgánico, sin ningún componente químico, este humus se adapta a cualquier tipo de planta", argumenta Miguel Ángel López.
Debido a la gran cantidad de propiedades positivas de este tipo de humus, el precio de un saco de 25 kilos tiene un precio de venta en almacén que suele rondar los siete euros
Al ser un abono orgánico, desintoxica los suelos contaminados con componentes químicos, acelera la germinación de las semillas y, además, acorta los tiempos de producción y cosecha.
Por eso, uno de los mercados que más demanda este tipo de humus es el de Almería, "sobre todo en las zonas de invernaderos de Roquetas de Mar y de El Egido".
El humus que se obtiene del trabajo de esta lombriz posibilita que el fertilizante esté muy nitrogenado y, a su vez, sea rico en fósforo, potasio y calcio, minerales que le van muy bien a los frutales y que, en mayor cantidad, posibilitan una mejor cosecha.
Miguel Ángel López fabrica y comercializa este tipo de humus desde hace 25 años, cuando, "la casualidad" quiso que una empresa de Barcelona le vendiera a una cooperativa de la zona a la que él pertenecía un lote de lombrices rojas californianas para producir humus que la propia empresa catalana compraría después.
"La empresa de Barcelona no los lo llegó a comprar, el resto de la gente abandonó la actividad, pero yo seguí y hasta hoy", relata López.
El estiércol de vaca lo obtiene semanalmente de una vaquería que hay en el pueblo abulense de Martínez, próximo a Pelayos.
Cada cierto tiempo, se el echan capas de diez centímetros al lugar donde están las lombrices para que lo vayan descomponiendo y convirtiendo en abono mucho más rico.
Al año tiene una producción media de 300 toneladas de humus, que venden en sacos de 25 kilos a un precio de siete euros por cada saco en el lugar de producción.
"La crisis también se ha notado", dice Miguel Ángel, ya que "la gente ya no tiene tanto celo con los jardines y este tipo de humus va muy bien para el césped".
Hace unos días Miguel Ángel López ha iniciado la recolección del humus fabricado por la lombriz californiana durante todo el año, una recogida que se extenderá durante todo el verano.
La lombriz californiana también ha alcanzado mucha demanda en sectores ganaderos de producción en régimen ecológico, ya que, hay procesos por el que se fabrica harina de lombriz, que sirve para alimentar a granjas que trabajan bajo el marchamo ecológico.
En las granjas de gallinas que producen huevos ecológicos cada vez es más habitual esta práctica, ya que la harina de lombriz aporta unas proteínas naturales idóneas para los huevos.
Incluso es demanda, la harina de lombriz, para la alimentación en piscifactorías o en criaderos de ranas. EFE
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