La emisión de CO2 crece tres años después por las ayudas al carbón
Un decreto del anterior Gobierno ha disparado un 96% la producción eléctrica con este combustible fósil
El repunte se calcula entre cuatro y ocho puntos
Las emisiones de gases de efecto invernadero en España, que llevaban en caída desde finales de 2007, han repuntado este año. La causa es un real decreto de ayudas al carbón que el Ministerio de Industria aprobó en febrero y que ha hecho que la producción eléctrica con este combustible haya crecido un 96% en lo que va de año, según datos de Red Eléctrica. Cada kilovatio generado con carbón emite casi el triple que uno producido con gas natural. Pese a la crisis —que implica caída en la producción de cemento e industrial—, las emisiones totales subirán entre cuatro y ocho puntos. Si hace un año España emitía un 21% más que en 1990 (el año de referencia de Kioto), ahora emite entre un 25% y un 29% más, según distintas estimaciones.
Fuentes conocedoras de los cálculos del Ministerio de Medio Ambiente explican que la emisión de gases del sector eléctrico han retrocedido a niveles de 2009. Además del espectacular aumento del carbón, ha sido un mal año nuclear (hay una bajada del 7%), hidráulico (un 24,2% menos) y eólico (un 4,3% menos).
Aunque las emisiones del transporte han bajado alrededor del 6% (los datos no están cerrados y tardarán meses en estar la serie completa) y los industriales se redujeron por la bajaba de la actividad industrial, el uso del carbón compensa con creces. Sin el decreto del carbón, el ministerio calcula que España emitiría ahora un 18% más que en 1990, solo tres puntos sobre el objetivo que la UE fijó para cumplir Kioto.
Sebastián tomó la medida tras las protestas de mineros de León y Asturias
José Santamarta, experto en cálculos de emisiones, eleva la estimación y considera que debe estar ya un 29% por encima de 1990: “El decreto del carbón ha hecho que retrocedamos al nivel de hace una década”. Santamarta destaca que el resto de indicadores son positivos para las emisiones: caída de la producción de cemento de un 17%, del consumo de gas y de productos petrolíferos.
Un ejemplo: según WWF, la emisión media del sector eléctrico en noviembre de 2011 fue de 239 kilos de CO2 por megavatio por hora generado. En el mismo mes del año anterior fue de 168, un 42% menos.
Ecologistas en Acción considera que el decreto ha supuesto “un incremento de emisiones de CO2 de unos ocho millones de toneladas”, algo que considera “en contra de toda lógica y de las políticas europeas de lucha contra el cambio climático”.
El apoyo a la minería del carbón ha sido un empeño del exministro de Industria, Miguel Sebastián. La bajada de la demanda eléctrica por la crisis hizo que las centrales dejaran de quemar carbón. Esto generó protestas de los mineros de Asturias y León y huelgas. Llegó a haber unos 5.000 mineros afectados por expedientes de regulación de empleo, de un total que ronda los 8.000. El 17 de febrero, tras ganar un litigio que llegó a Bruselas, Industria anunció que el real decreto permitiría “caminar hacia la normalización de un sector energéticamente imprescindible para España” y solucionar “los graves problemas sociales de las comarcas mineras”. La Comisión Nacional de la Energía calculó entonces que el decreto supondría un desembolso de 700 millones en dos años (puede que poca comparada con el inabarcable déficit de tarifa que supera los 20.000 millones).
España pagará caro el desfase de toneladas respecto al Protocolo de Kioto
El desfase en emisiones también tendrá un coste para España. Cada tonelada de CO2 se cotiza en la Bolsa europea a unos ocho euros. El Gobierno aún debe comprar derechos de emisión de CO2 por el desfase respecto a Kioto por al menos 500 millones de euros en los próximos tres años. Además, la minería de carbón a cielo abierto en espacios protegidos de León le ha costado a España una condena en el Tribunal de la UE.
Con el reparto de competencias vigente en España se da el caso de que es Medio Ambiente quien reporta, explica y si es necesario paga el exceso de las emisiones de gases de efecto invernadero mientras que, a menudo, responden a decisiones de otros ministerios, en este caso Industria. Otros países lo han solucionando fusionando las dos responsabilidades. El británico Chris Huhne, por ejemplo, es secretario de Energía y Cambio Climático.
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