martes, 27 de noviembre de 2012


Un mundo más sostenible sólo es posible si "cada uno barre su trozo de acera".


Madrid, 27 nov (EFE).- Construir un mundo más sostenible y luchar contra el cambio climático es una responsabilidad que recae en las ciudades y si "cada ciudadano barre su trozo de acera", se pueden llevar a cabo objetivos estratégicos, como ha mostrado hoy la representación de Río de Janeiro en el Congreso Nacional de Medio Ambiente.


Así lo ha destacado el director de la fundación española Ecología y Desarrollo (ECODES), Víctor Viñuales, en la apertura de la mesa de debate "Ciudades y regiones pasan a la acción. Proyectos estratégicos de lucha contra el cambio climático" en la que la experiencia ambiental de Río ha sido protagonista.

Las ciudades son "lugares privilegiados", ha explicado la secretaria de Economía Verde de Río de Janeiro, Susana Kahn, porque son espacios donde es posible una complicidad entre agentes políticos y civiles que quieren actuar contra la mitigación del cambio climático.

En este sentido, Kahn ha hablado de la importancia de tener políticas que planteen metas y acciones como la ley estatal de cambio climático de Río de Janeiro.

Legislación que ya tiene en cuenta problemas urbanos específicos como el de las lluvias que asuelan Río en la estación estival, por ejemplo, o contempla la revisión de sectores como el transporte, causante de importantes emisiones de gases de efecto invernadero.

El establecimiento de que un porcentaje de compras públicas deben ser sólo de productos certificados o reforestar las tierras degradadas son algunas de las metas que ya está consiguiendo ese legislación estatal en la gestión ambiental de la capital de Brasil.

En esta línea, el subsecretario municipal de Medio Ambiente de Río de Janeiro, Altamirando Moraes, ha constatado que la ciudad ya ha conseguido reducir un 30 % sus emisiones de dióxido de carbono con respecto a las emisiones de 2005.

A su vez, el inicio de un cambio cultural que ha permitido a los cariocas entender que los residuos debían ser reciclados ha traído una reducción anual de 1,4 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Aumentar la cobertura vegetal de la ciudad un 30 %, reforestar las zonas degradadas por la existencia de fabelas o afectadas por desastres naturales e introducir la utilización de la bicicleta son otras de las metas que plantean de aquí a 2016, ha apuntado Moraes, para hacer "un Río sostenible con carbono cero".

Si en algo han estado de acuerdo los ponentes es que el nuevo paradigma energético, motivado por diferentes actores, va a hacer que las ciudades tengan que adaptarse y mediante políticas de planeamiento urbano, movilidad y eficiencia energética, entre otras, construyan una nueva realidad más sostenible. EFE

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