Productor de electricidad ecológica quiere hacer carbón”, titula el Tageszeitung, al jugar con el doble sentido de “carbón” en alemán, que también quiere decir “dinero”. Porque el diario, que siempre se preocupa por el medio ambiente, revela que los tres distribuidores de electricidad de origen renovable más importantes de Alemania (Lichtblick, Greenpeace Energy y Naturstrom) podrían pasarse pronto al carbón. De hecho, los tres se aprovisionan de la sociedad austriaca Verbund AG, que desde 2011 construye una central de carbón en Turquía, aunque jactándose todavía de que su producción es “100% hidráulica”.

Esto resulta embarazoso para las tres sociedades alemanas, según señala el TAZ, que cita los estudios que señalan que “las emisiones de la central turca sobrepasan los límites fijados por la UE y la Organización Mundial de la Salud”. Para el TAZ, ha llegado el momento de actuar:


Quien quiera seguir gozando de credibilidad como suministrador de energía verde creíble no puede cerrar contratos con tales empresas. Sobre todo cuando el plan de negocio de toda empresa reside en el hecho de posicionarse como líder moral.

La producción de energía de fuentes renovables en Alemania preocupa también a sus vecinos: “la República Checa va a impedir que se hunda su red eléctrica y a protegerse contra la plusvalía de la energía verde debido a la errática producción de los parques eólicos en el norte de Alemania”, recoge Lidové noviny. El diario de Praga explica que, por la debilidad de la red eléctrica alemana, la corriente entre el norte, en donde se produce, y el sur industrial pasa por la red checa, poniendo a prueba su capacidad. Para proteger los picos de corriente, CEPS, que maneja la red checa,


ha decidido construir un transformador gigante cerca de la frontera. Únicamente dejará pasar la cantidad de corriente que la red checa puede soportar y […] entrará en funcionamiento antes de 2017.

Según Lidové noviny, se trata de un capítulo eminentemente político, teniendo en cuenta las concesiones que Berlín hizo en el pasado a Praga para que cooperase. El cambio de actitud de Alemania, que ahora está dispuesta a revisar abiertamente la organización de su red eléctrica, abre la vía para lanzar una licitación a escala europea para la construcción del transformador.