La CE plantea retrasar la venta de derechos de emisión para subir su precio
UE MEDIO AMBIENTE | 19 de abril de 2012
Humo saliendo de una de cementera. EFE
Horsens (Dinamarca), 19 abr (EFE).- La Unión Europea (UE) propondrá avanzar hacia una economía respetuosa con el medio ambiente y socialmente integradora a nivel mundial en la próxima Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.
"Crear una economía verde e integradora para la construcción de un desarrollo sostenible", esa es la receta que la UE defenderá de Rio+20 para hacer frente a los retos que plantean la pobreza y el cambio climático, explicó hoy la ministra danesa de Medio Ambiente, Ida Auken, en una rueda de prensa.
Auske, que ha ejercido de anfitriona en el Consejo informal de ministros de Medio Ambiente celebrado ayer y hoy en Horsens (Dinamarca), destacó la importancia de abordar de manera conjunta los aspectos sociales, económicos y medio ambientales para lograr soluciones, ya que estos son "inseparables".
Europa acude a la cita, que se celebrará del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro (Brasil), dispuesta a sentarse a la mesa con sus socios internacionales para lograr avances y escuchar todas las propuestas, en palabras de Auken.
En particular, los Veintisiete tendrán que negociar con el bloque de países latinoamericanos que, liderados por Colombia, han puesto encima de la mesa sus propias iniciativas que ponen el acento en el contenido social y en la erradicación de la pobreza.
"El concepto es cercano, ya que la UE habla de una economía verde integradora, no estamos hablando solo de medio ambiente y economía, también nos damos cuenta de las consecuencias sociales y de justicia que tienen estas políticas", agregó.
España tratará de facilitar ese consenso necesario a ambos lados del Atlántico gracias a sus vínculos históricos, culturales y lingüísticos con los países latinos, tal y como explicó el Secretario de Estado español de Medio Ambiente, Federico Ramos, en declaraciones a Efe.
"España entiende que merece la pena trabajar por conectar la economía verde con los objetivos de desarrollo sostenible", aseguró el secretario de Estado.
Para Ramos, que además ostenta la presidencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el acuerdo es posible si "todos trabajamos por él" y consideró que el matiz de inclusividad que aporta el enfoque europeo en su apuesta por la economía verde puede ser un puente hacia el acuerdo con sus socios latinos.
Bruselas ha establecido una lista con cinco prioridades para las negociaciones de Rio+20: el uso eficiente de los recursos y la gestión de los residuos, la tierra y la biodiversidad, la energía, los océanos y el agua; los "pilares de la vida", en palabras del comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik.
Potocnik se mostró realista antes que optimista de cara al encuentro debido al peso de la crisis económica y financiera, pero destacó la importancia de la sostenibilidad, ya que en el medio ambiente, "igual que el sector financiero, si se usa más de lo que se tiene, luego puede ser doloroso pagarlo de vuelta".
Otra de las cuestiones que están encima de la mesa de Rio+20 es el establecimiento de unas metas u objetivos concretos sobre desarrollo sostenible por parte de la comunidad internacional, una idea sobre la que Potocnik se ha mostrado a favor, pero sobre la que existe escaso consenso.
El secretario de Estado español señaló que existe interés por adoptar este tipo de medidas, pero que aún hay muchas resistencias y problemas por parte de varios países que hacen difícil que se logre un acuerdo en este sentido en Río+20.
En cualquier caso, Ramos destacó que los países europeos tienen claro que de la conferencia "tiene que salir un mensaje de compromiso hacia un desarrollo sostenible" y que trabajará por ello.
La CE plantea retrasar la venta de derechos de emisión para subir su precio
Bruselas, 19 abr (EFE).- La Comisión Europea (CE) planteó hoy retrasar la venta de parte de los derechos que la industria europea debe adquirir para emitir dióxido de carbono (CO2), con el objetivo de aumentar los precios de estos títulos, ahora bajo mínimos históricos.
Así lo anunció la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, al término del Consejo de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) que se celebra desde ayer en Horsens (Dinamarca), en el que los Veintisiete discutieron informalmente cómo equilibrar el conocido como sistema ETS.
La normativa europea prevé que se reserven parte de los créditos que se prevé vender en los próximos años hasta que se supere la crisis económica, de modo que se podría reducir el número de títulos en el mercado sin cancelarlos, opción ésta última que levanta ampollas en Bruselas.
Es decir, suponiendo que cada año hay asignados 100 créditos para ser vendidos, la propuesta de la CE permitiría que en 2013 se subasten 80 para reservar los restantes y sacarlos al mercado posteriormente, de modo que en 2018, una vez recuperada la economía y la actividad industrial, se vendan 120.
Esta medida supondría una solución para aumentar los precios de estos créditos a corto plazo, que se encuentran en mínimos debido a que el número de derechos puestos en el mercado se calculó antes de la crisis y la disminución de la actividad industrial (y por tanto, de las emisiones) que ésta ha causado.
Además, permite dar una respuesta rápida al problema eludiendo el debate sobre la retirada de manera permanente de parte de los créditos para compensar este exceso de licencias, una opción a la que se oponen varios países, liderados por Polonia, y que obligaría a iniciar el engorroso proceso necesario para cambiar una directiva europea.
"Si cancelas (los créditos), tienes que abrir la directiva, una cosa que lleva tiempo", recalcó Hedegaard, "hay cosas que podemos hacer de una manera más sencilla dentro del marco normativo vigente".
Antes de presentar la propuesta al Consejo para su negociación antes de finales de año, la Comisión Europea debe resolver cuestiones prácticas como de qué manera se va a decidir qué cantidad de créditos se vende en qué momento, pero fuentes comunitarias confiaron en que esté lista para su aplicación el próximo 1 de enero.
Hedegaard recalcó también el consenso que existe entre los Estados miembros en torno a la importancia del sistema de derechos de emisiones como la clave de las políticas climáticas europeas y alabó la actitud constructiva de todos los países en el debate de hoy, incluida la siempre polémica Polonia.
El sistema de comercio de emisiones fue creado en la Unión en 2005 para regular transacciones de derechos de emisión entre los sectores más contaminantes, como las industrias papeleras, de cemento o de vidrio.
Actualmente, cubre más de 11.000 instalaciones entre estaciones energéticas y plantas industriales en los Veintisiete países de la Unión Europea, Noruega, Islandia y Liechtenstein y, desde el pasado 1 de enero, incluye también al sector aéreo.
Al final de cada año, cada compañía debe contar con el número de licencias suficiente para cubrir todas las emisiones de gases de efecto invernadero que libera para evitar ser multada, de modo que si es eficiente y le sobran, puede venderlas en el mercado a otras empresas más contaminantes.
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