miércoles, 17 de octubre de 2012


Bruselas propone limitar al 5% los biocarburantes con cultivos alimentarios.

BRUSELAS, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea ha propuesto este miércoles limitar al 5% del consumo total el uso en el transporte de biocarburantes elaborados a partir de cultivos alimentarios tras las críticas a la política de renovables de la UE por contribuir a la subida de precios de los alimentos y a la deforestación.

El objetivo de esta medida es impulsar el desarrollo de los denominados biocarburantes de segunda generación, producidos a partir de residuos, algas o paja, que no interfieren de forma directa en la producción mundial de alimentos.

"Esta propuesta fomentará la producción de biocombustibles más avanzados que los actuales. En el futuro, los biocombustibles emitirán muchos menos gases de efecto invernadero, crearán puestos de trabajo y reducirán la factura de los combustibles que importamos", ha dicho el comisario de Energía,Günther Oettinger.

"Tenemos que invertir en biocombustibles que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos. Ello no significa en modo alguno que abandonemos los biocombustibles de primera generación, sino que es una señal clara de que el crecimiento futuro de los biocombustibles debe venir de la mano de los biocombustibles avanzados. Cualquier otra cosa será insostenible*, ha indicado por su parte la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard.

No obstante, la organización ecologista Greenpeace ha dicho que la propuesta "hará poco para resolver el problema". "Si esta propuesta se convierte en ley, biocarburantes más perjudiciales para el clima que el petróleo crudo seguirán pudiendo usarse para cumplir los objetivos para un transporte limpio", ha denunciado en un comunicado.

La Unión Europea se ha marcado como objetivo vinculante aumentar de aquí a 2020 hasta el 10% la cuota de renovables en el sector del transporte. Con la nueva propuesta, este objetivo se subdivide, de forma que sólo computará hasta el 5% el uso de biocarburantes procedentes de cultivos alimentarios y el resto deberá proceder de biocombustibles de segunda generación.

Los criterios de sostenibilidad que se aplican actualmente a los biocombustibles prohíben la conversión directa de bosques, humedales y zonas de gran diversidad biológica para la producción de biocombustible y obligan a que los biocombustibles emitan, como mínimo, un 35 % menos de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen. En 2017, esta obligación pasará a ser del 50 %.

Con todo, Bruselas admite que "se corre el riesgo de que una parte de la demanda adicional de biocombustibles se cubra a costa de las tierras dedicadas a la agricultura en el mundo, lo que generaría un aumento indirecto de las emisiones". De ahí los cambios legislativos propuestos por el Ejecutivo comunitario.

En este sentido, la Comisión también pide incrementar al 60 % el umbral mínimo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de las nuevas instalaciones, para "mejorar la eficiencia de los procedimientos de producción de biocombustible y desincentivar las inversiones en instalaciones cuyo rendimiento, medido en emisiones de gases de efecto invernadero, es malo".

Además, se incluirán los factores de cambio indirecto el uso del suelo en la comunicación por los suministradores de combustible y los Estados miembros de la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles y biolíquidos.

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