martes, 12 de marzo de 2013


Más protección para los árboles


    Madera procesada lista para ser trasladada. / ULY MARTÍN


    La conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES), que se celebra estos días en Bangkok, ha acordado hoy regular el comercio de varias especies árbol para reducir su tala a causa del tráfico de maderas exóticas, una lucha que lidera Suramérica. Entre ellas están el palisandro siamés, el palisandro de Madagascar y el ébano.

    Más una veintena de especies, la mayoría originarios de Suramérica, están desde hace varios años incluidos en el apéndice segundo de la CITES, que corresponde a las no amenazadas por la extinción pero comercializadas bajo una regulación establecida de común acuerdo entre los países firmantes. A petición conjunta de Tailandia y Vietnam se ha debatido y aprobado "por consenso" la inclusión en este apéndice segundo del palisandro siamés, un árbol "sobreexplotado" que se puede encontrar en selvas de Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam. "Esta especie es uno de los más claros ejemplos de cómo los Gobiernos locales son incapaces de proteger sus especies frente a las actividades de las mafias ilegales de la madera", ha apuntado la Agencia de Investigación para el Medio Ambiente en una nota leída durante la sesión.

    El palisandro granadillo y el palisandro de Honduras también se han incluido en el apéndice, a propuesta de Belice, así como el palo de rosa, a instancias de Brasil.

    El tráfico ilegal de la madera es uno de los más complicados de rastrear debido a la variabilidad de sus mercados. "China ha desplazado el flujo del mercado tradicional de la madera ilegal que antes se centraba en Europa y Norte América", ha explicado David Newton, especialista en flora del grupo ecologista internacional Traffic. Según este experto, el gigante asiático importa madera ilegal de las selvas de África, Suramérica y del Sudeste Asiático.

    Shanghai, Hong Kong y Macao son los principales puertos de entrada de los troncos de madera que la industria china transforma después en muebles, instrumentos musicales o en objetos de decoración. El puerto de Singapur es otro centro de distribución, mientras que las fronteras de China con Laos, Birmania (Myanmar) y Vietnam son las principales rutas seguidas por las bandas que se dedican al trafico ilegal de madera.

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