domingo, 16 de septiembre de 2012


Bienvenido a la familia

Es lógico que nos hayamos quedado pasmados con el lesula, el primer mono africano descubierto en 30 años

Resulta fascinante que los científicos sigan descubriendo nuevas especies de primates en el siglo XXI. Nuestro conocimiento de la vida microbiana del planeta es ciertamente muy deficiente —basta sacar un cazo de agua de cualquier océano para descubrir miles de nuevos virus y bacterias—, pero la descripción de nuevos animales grandes, y no digamos ya si pertenecen a nuestra propia familia, parece más bien sacada de una novela victoriana que de un artículo científico del año 2012. Es lógico, pues, que nos hayamos quedado todos pasmados con el lesula, el primer mono africano descubierto en 30 años. Sobre todo si se tiene en cuenta la cara de no haber roto un plato con la que el animal ha querido posar para la posteridad, que dan ganas de llevárselo a casa y sentarlo a comer en la mesa con el resto de la familia. Ensalada, eso sí, porque el señorito es vegetariano.

Y eso es, en efecto, lo que hacen algunos ciudadanos de la zona central de la República Democrática del Congo, de donde es endémico el animal. Otros, por desgracia, en vez de darles de comer, los sirven en el plato. El lesula es nuevo para la ciencia, pero un viejísimo conocido para los habitantes de la región.

De hecho, los científicos descubrieron el primer ejemplar en la residencia del director de una escuela primaria de Opala, un pueblo de la zona. Ante su perplejidad, el director les explicó que se trataba de un lesula —un nombre que los científicos no habían registrado nunca en sus exploraciones por el Congo— y les dijo que era bien conocido por los cazadores locales. El docente había adquirido el ejemplar, una hembra juvenil, dos meses antes a un pariente que había matado a la madre en el bosque de Yawende, a pocos kilómetros al sur de Opala. Corría el verano de 2007, y los científicos estudiaron ese y otros monos cautivos antes de encontrar el primer ejemplar salvaje en diciembre de ese mismo año. Lo demás ha sido morfología, taxonomía y genética. Y ponerle un nombre oficial: Cercopithecus lomamiensis.

La buena noticia es que esa zona del Congo está poco explotada, por lo que el lesula no se encuentra en un peligro inmediato de extinción. La mala es que su carne es demasiado apreciada por los lugareños. Ojalá se pasen al pronto al pescado.

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