jueves, 20 de septiembre de 2012


El nuevo plan del Guadalquivir da un tijeretazo a las inversiones

El Gobierno cambia el documento sobre la cuenca que se consensuó en 2010

Vista aérea del desembalse de agua del ría Guadalquivir en la presa de El Gergal (Sevilla). /ALEJANDRO RUESGA


Tal y como se temía, el Gobierno central ha pasado la tijera al plan hidrológico del Guadalquivir. De nada han servido cinco años de trabajos para elaborar un documento que debía marcar la hoja de ruta en la principal cuenca del sur de la Península. El Consejo del Agua de la Demarcación aprobó este miércoles un plan que dista mucho del consensuado por todos los agentes sociales cuando la gestión del Guadalquivir estaba en manos de la Junta (entre enero de 2009 y octubre de 2011). La inversión, prevista inicialmente en 4.100 millones hasta 2027, se reduce ahora a 1.738 millones aunque solo hasta 2015.

La consecuencia de este recorte es que solo se harán las infraestructuras hidráulicas que ya están en marcha o las que estaban a punto de licitarse. Por tanto, el ahorro de agua será también mucho menor y será difícil cumplir las exigencias de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Manuel Romero Ortiz, justificó este miércoles el ajuste en la necesidad de “adaptarse a la nueva situación económica”. El nuevo plan, que sustituye al de 1998, recibió el voto favorable de 55 de los 71 miembros del Consejo del Agua, básicamente los representantes del Gobierno central y de los de Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, así como las asociaciones de regantes y las empresas de abastecimientos. Las asociaciones ecologistas votaron en contra mientras que la Junta de Andalucía y el sindicato UGT se abstuvieron.


Desaparece la limitación de agua para los grandes regantes

Andalucía no apoyó el plan por las modificaciones de fondo que ha sufrido el documento respecto al que fue presentado a exposición pública en 2010 y que fue objeto de un amplio consenso entre colectivos e instituciones. La Junta critica que se haya eliminado el volumen máximo de agua disponible a las grandes comunidades de regantes, y entiende este punto como irrenunciable pues, tal y como se diseñó en el primer documento, limitando el consumo se evitaría la proliferación de cultivos de fuerte demanda de agua y baja rentabilidad económica.

Con todo, la Junta mantiene abierto el diálogo y confía en incorporar sus demandas a la aprobación del Consejo Nacional del Agua, el último filtro del plan antes de su aprobación por el Consejo de Ministros.

“El nuevo plan impone el criterio de la eficiencia para un uso más racional del agua”, destacó el presidente de la Confederación tras aprobarse el plan. Una de las novedades es la exigencia para que los usos agrarios y de abastecimiento hagan un uso más eficiente del agua, si bien los núcleos urbanos inferiores a 50.000 habitantes dispondrán de una moratoria temporal para ajustar sus infraestructuras.

El ahorro vendrá mediante la reducción de pérdidas por la mejora de las conducciones para regadío y abastecimiento urbano y por una mayor eficiencia de los cultivos. También se fijan caudales ecológicos mínimos en toda la cuenca y en los desagües de sus embalses para mantener el buen estado ecológico del caudal del Guadalquivir y garantizar un aporte mínimo a su estuario.

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