Olivos centenarios son mutilados para usar su madera en artesanía
La Unió de Llauradors denunció este miércoles dos casos más de robo en Peñíscola
LORENA ORTEGA Castellón 1 AGO 2012 - 21:36 CET
Los olivos centenarios vuelven a estar en el punto de mira de los ladrones. La Unió de Llauradors denunció ayer dos casos de robo de madera de olivo en Peñíscola (Castellón). El primero de ellos lo detectó el propietario de una explotación familiar en la partida de Poaig de esta localidad después de producirse un incendio en la zona. “Allí pudo observar estupefacto cómo le habían cortado con motosierras una docena de árboles para llevarse sus grandes troncos, pues se trataba de árboles centenarios”, indicaron desde la Unió.
Un nuevo caso, también en Peñíscola, ha alertado a la organización agraria. “El procedimiento ha sido el mismo, dejan en los árboles simplemente las partes más pequeñas y se llevan lo más grande”, explicaron. La Unió sospecha que lo que se pretende es aprovechar comercialmente esta madera para la producción de artesanía y decoración. Un mercado que, apuntan, está en auge.
La Unió recordó que se trata de árboles centenarios y por tanto protegidos por la Ley 4/2006 de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana, que declara protegidos genéricamente a todos estos ejemplares y otros que igualen o superen parámetros como los 350 años de edad, 30 metros de altura o seis de perímetro de tronco, entre otros requisitos.
Robos continuados
No es la primera vez que se dan estos robos. Ya en 2009 la organización denunció casos como los de ahora en localidades como Canet lo Roig. De hecho, ese año la Guardia Civil detuvo a un hombre acusado de talar hasta 200 olivos en esta zona. Años antes el problema era mayor porque eran los agricultores quienes vendían olivos, en este caso milenarios, a cambio de unos 15.000 euros.
Tras los casos registrados en Peñíscola, la Unió aconseja a los propietarios denunciar todos estos robos. “Hace tres años ya vivimos algo similar, cuando se arrancaban olivos viejos de fincas sin permiso de sus propietarios, pero hicimos una denuncia pública y frenamos esta práctica”, explicó Ramón Mampel, secretario general de la Unió.
“Esperemos que ahora pase lo mismo y no se convierta en un expolio, porque son olivos vivos en producción que se arrancan sin ningún tipo de miramiento”, concluyó.
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