PASTO SE TRANSFORMA EN PELIGRO PARA LA FAUNA DE LA ANTÁRTICA
"Sería muy difícil erradicar este pasto, ya que cada vez se está expandiendo en abundancia y espacio", dicen especialistas que atribuyen la llegada de este vegetal a las expediciones científicas y los cruceros turísticos.
Lunes 30 de julio de 2012| por UPI
Un estudio de científicos chilenos y extranjeros reveló que la aparición de pasto común en la Antárticaproveniente de otros continentes provoca una disminución de la biomasa y del rendimiento fotosintético de las 2 especies vasculares nativas del continente helado, el clavel y el pasto antártico.
INVESTIGACIÓN
La investigación titulada "aparición de hierbas anuales exóticas en la Antártica Continental y sus efectos negativos en plantas nativas", publicada por la prestigiosa revista científica Conservation Biology, buscó presencia de Poa annua (pasto común) en 13 sitios en las islas de la Antártica y 12 lugares en la Península Antártica.
"Poa, limita o impide la adquisición de recursos o los utiliza de manera más rápida que las especies nativas estudiadas, lo cual lo hace mejor competidor", explicó el doctor Marco A. Molina-Montenegro delCentro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y autor principal de la publicación.
ERRADICACIÓN
El científico señaló que "sería muy difícil erradicar este pasto, ya que cada vez se está expandiendo en abundancia y espacio".
Según el estudio, los lugares donde el pasto se ha establecido en Antártica se correlacionaron con las principales rutas marítimas de expediciones científicas y de cruceros turísticos a la Antártica.
"Creemos que si los actuales niveles de actividad humana y el calentamiento regional persisten, es probable que más especies de plantas exóticas colonicen la Antártica y afecten a las especies nativas", advierten los investigadores en la publicación.
Junto a Molina-Montenegro, trabajaron en este estudio Fernando Carrasco-Urra (Universidad de Concepción), Cristian Rodrigo (Instituto Chileno Antártico), Peter Convey (British Antarctic Survey - Natural Environment Research Council, Inglaterra), Fernando Valladares (Museo Nacional de Ciencias Naturales - Universidad Rey Juan Carlos, España)y y Ernesto Gianoli (Universidad de La Serena).
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