Todos los países quieren sentarse en la mesa donde se decidida sobre el Ártico
Autor:Caty Arevalo (@Catyarevalo). Enviada especial
Tromso (Noruega), 25 ene (EFE).- El Ártico se resquebraja a velocidad de vértigo con posibilidades de provocar graves alteraciones, pero los países han optado por desoír a los científicos e iniciar una lucha diplomática por sentarse en la mesa donde se decida qué pasará con los recursos que ocultaba el hielo.
Los países han dejado constancia de su desesperación por no quedar fuera del reparto de "la tarta" ártica en el plenario, pasillos y hasta en los baños del Congreso Internacional sobre el Artico, Arctic Frontiers, que se celebra esta semana en la ciudad noruega de Tromso.
Esta es la octava ocasión que Noruega organiza un cónclave en la "capital del Ártico", pero nunca había reunido a tal cantidad de delegados (más de 1.000) y altos representantes políticos (ocho ministros y más de veinte embajadores).
Durante el periodo que separa el primer Arctic Frontiers de 2006, con el que un grupo de investigadores de la Universidad de Tromso trataron de promover un encuentro para alertar a los políticos de lo que estaba pasando en el Ártico, y éste de 2013, este océano ha perdido durante el verano una superficie helada casi dos veces del tamaño de España.
EL CLUB MAS DESEADO
En este tiempo se ha sabido que la retirada del hielo, que podría ser total en verano en 2030, haría accesibles el 30 % de las reservas de gas mundiales sin explotar y el 15 % de las de petróleo, importantes caladeros pesqueros y golosas rutas de navegación, según datos del propio Consejo Ártico (CA), que ha pasado de ser un órgano intergubernamental anodino a un foro donde todos quieren estar.
El CA nació en 1996, paradójicamente, para promover el desarrollo sostenible y la cooperación en este océano, gran parte del cual es territorio internacional administrado por las Naciones Unidas.
Tiene como miembros a los ocho países con territorios por encima del Circulo Polar -Canadá, Rusia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Estados Unidos, Suecia y Finlandia- y a sus comunidades indígenas, y cuenta con más de una veintena de observadores.
Seis de ellos poseen el rango de "permanentes", como es el caso de España, y tienen derecho a participar en sus seis grupos de trabajo y acudir a las reuniones, aunque no a votar ni a decidir, explica el recién nombrado secretario del CA, el islandés Magnus Johannesson.
TENSIONES DENTRO Y FUERA
En principio, las competencias del CA, con sede en Tromso, no van más allá de las citadas, pero el hecho de que sea el foro de mayor nivel político para tratar las cuestiones de una región en la que los países solo parecen ven oportunidades económicas ha desencadenado importantes tensiones dentro y fuera del mismo.
En su seno, Canadá o Rusia parecen preferir "un Ártico a cinco" en el que solo estén los cinco Estados limítrofes (ellos dos más EEUU, Noruega y Dinamarca), sin las comunidades indígenas, y se niegan a aceptar más observadores, según confirman a Efe fuentes diplomáticas de ambos países.
En contraposición, ministros de países sin fronteras directas, como el titular de Industria de Islandia, Steingrimur Sigfusson, o el de Exteriores de Suecia, Carl Bildt, han sostenido en sus discursos que el CA debe ser el foro a ocho donde se decida todo lo que concierne al Ártico.
Johannesson confirma que el CA tiene sobre la mesa 14 solicitudes para ser observadores, entre ellas las de China, Japón, Corea del Sur, Italia, Singapur o la Unión Europea, cuyos mandatarios han acudido a Arctic Frontiers a dar argumentos para ser aceptados en este deseado club.
Tras el embajador chino en Noruega, Zhao Jun, quien ha llegado a decir que China "se siente un Estado ártico", la más insistente ha sido la comisaría europea de Pesca, Maria Damanaki.
REUNION DECISIVA EN MAYO
La UE, que ya ha sido rechazada en dos ocasiones (2009 y 2011), y los otros trece candidatos tendrán en mayo la que probablemente sea su ultima oportunidad para entrar en varios años, ya que la presidencia dejará de estar en los países nórdicos europeos, partidarios de nuevos observadores, y pasará a Canadá y luego a EEUU.
La más de una decena de representantes indígenas que han hablado en el Plenario de Arctic Frontiers han reclamado, por su parte, que quieren ser consultados y tener derecho a decidir sobre todo lo que ocurra en el Ártico, pues serán "los primeros afectados", subraya Sara Olsvig, representante de los Innuit de Groenlandia en el Parlamento danés.
La ministra de Sanidad canadiense, de origen indígena y próxima presidenta del CA, Leona Aglukkaq, subraya que el primer objetivo de su etapa al frente del Consejo será que estas poblaciones se beneficien "del boom económico que experimentará el Ártico en los próximos años". EFE
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