martes, 29 de mayo de 2012

El cambio climático alterará la biodiversidad en zonas polares


Valencia, 29 may (EFEverde).- Una investigación internacional, codirigida por profesores de la Universitat de Valéncia y la Universidad Autónoma de Madrid, concluye que el cambio climático alterará la biodiversidad y las interacciones microbianas de las zonas polares.
Fotografía de una zona de icebergs rodeados por témpanos de hielo a la deriva en la bahía de Vicennes, en el territorio antártico australiano. La Unidad de Investigación Atmosférica de la Organización Australiana de Investigación Científica e Industrial (CSIRO) ha descubierto que el planeta se está calentando más rápidamente que lo predecido por el máximo organismo de estudio del cambio climático de la ONU. EFE/


Según un comunicado de la Universitat de València, en un artículo publicado en la revista "Nature Climate Change" señalan que el calentamiento del planeta podría producir modificaciones tan importantes en las comunidades biológicas de las zonas polares como un cambio de especies dominantes y de las relaciones entre ellas.

La investigación ha sido codirigida por los profesores Antonio Camacho, del Instituto Cavanilles de la Universitat de Valencia (UV), en el Parc Científic, y Antonio Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid.

El cambio climático, con el calentamiento que está teniendo lugar en la Península Antártica y en el Ártico, "podría producir cambios importantes en los tapetes de cianobacterias, las comunidades biológicas más importantes en las zonas polares porque cubren extensas zonas libres de hielo durante el verano polar", afirman las fuentes.

Esto modificaría "de forma sustancial" el funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos en dichos ambientes, asegura la investigación.

Estos cambios consistirían en el cambio de especies dominantes y las relaciones entre ellas, aumentando la presencia de especies productoras de toxinas, e intensificándose los intercambios de carbono y nitrógeno entre reservorios vivos e inertes.

Según los investigadores, las regiones polares que durante el verano están libres de hielo suelen ser las únicas que presentan agua líquida disponible (a excepción de los océanos) y, por tanto, en las que la vida puede prosperar en los cortos veranos polares.

"Es en estas zonas en las que los tapetes microbianos constituyen la mayor biomasa no marina, y acumulan la mayor biodiversidad polar", añaden.

Los experimentos se realizaron con tapetes microbianos que se mantuvieron durante 6 meses a diferentes temperaturas, similares a las encontradas en la Antártida y en el Ártico, y a las que se podría llegar en el transcurso de las siguientes décadas según los modelos de cambio climático.

Los resultados obtenidos, fundamentados en análisis moleculares y microscópicos, indican un "notable cambio" en las especies que dominaban los tapetes.

Así, debido a las temperaturas esperadas en las próximas décadas en la región habría un aumento de la diversidad de cianobacterias, pero algunas especies dominantes a bajas temperaturas desaparecerían a las temperaturas pronosticadas por los modelos climáticos.

A temperaturas más elevadas la tendencia se invierte, disminuye la diversidad y se tiende a desaparición de las comunidades microbianas más características de las zonas terrestres en estas altas latitudes.

Estas variaciones pueden tener repercusiones sobre el resto de organismos que habitan estos 'microecosistemas', como virus, bacterias, protozoos, hongos o gusanos nematodos y que se alimentan de las cianobacterias, ya que normalmente están adaptados a un tipo concreto de alimento.

La investigación ha descubierto que a las temperaturas esperadas en la región debidas al cambio climático, las cianobacterias que dominan los tapetes microbianos comienzan a producir toxinas, en particular microcistinas, que pueden tener una gran influencia en el resto de los organismos.

Sus efectos pueden ser letales sobre ciertos organismos y por tanto las consecuencias del cambio climático sobre las comunidades más importantes y diversas de las zonas polares fuera de los océanos podrían llegar a ser cruciales para el mantenimiento de los ecosistemas polares tal y como hoy los conocemos, concluyen. EFEverde

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